Ingredientes:
200 g de queso rallado (puede ser mozzarella, cheddar o tu favorito)
1 taza de harina de trigo
1 huevo
½ taza de leche
1 cucharadita de polvo de hornear
Sal al gusto
Aceite para freír
Preparación:
1. En un bol grande, mezcla la harina, el polvo de hornear, y la sal.
2. En otro recipiente, bate el huevo y agrégale la leche. Vierte esta mezcla líquida en el bol con los ingredientes secos y mezcla hasta obtener una masa homogénea.
3. Añade el queso rallado a la mezcla y revuelve bien para que se integre en la masa.
4. En una superficie ligeramente enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 1 cm.
5. Corta la masa en forma de cuadrados de 5 a 7 cm de lado, dependiendo del tamaño que prefieras para los pasteles.
6. Calienta suficiente aceite en una sartén a fuego medio-alto.
7. Cuando el aceite esté caliente, coloca los cuadrados de masa en el aceite y fríelos durante 2-3 minutos por cada lado, o hasta que estén dorados y crujientes.
8. Retira los pasteles del aceite y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.