
studiante de artes plásticas de 27 años explica su identidad transespecie y cómo expresa su conexión con el mundo animal
Jonathan Parra, un estudiante de artes plásticas de 27 años de la Universidad Antonio Nariño en Bogotá, está generando conversación en redes sociales y medios por identificarse como una pantera. Con orejas y cola de peluche, movimientos felinos y un profundo amor por los animales, Parra asegura haber encontrado su verdadera esencia más allá de lo humano.
«Fue un ‘boom’ que me detonó aquí en la cabecita y dije: los animales son increíbles y yo estoy seguro de que puedo hacer lo que ellos», explicó Parra en entrevista con Noticias Uno. El joven, que se desplaza por las calles bogotanas en cuatro patas cuando así lo desea, enfatiza que su expresión identitaria no daña a nadie: «Mientras mi libertad no transgreda o sobrepase la tuya, todo bien».
Su caso se enmarca en lo que algunas comunidades denominan identidad transespecie, un fenómeno poco documentado donde personas se identifican parcial o completamente con especies no humanas. A diferencia de casos internacionales más extremos (como el difunto «Catman» o Tiamat Legion Medusa que se identifica como dragón), Parra ha optado por una representación simbólica sin modificaciones corporales permanentes.
@primerimpacto ‼️ Joven que dice sentirse una pantera negra, corre y persigue palomas en cuatro patas. Jonathan Parra es un joven colombiano mejor conocido como ‘el chico pantera’, ya que, asegura, se siente una pantera negra. “Sé que no puedo escapar de mi naturaleza humana,” dice el joven, quien asegura que en él reside el alma de una pantera. 📺 No te pierdas Primer Impacto de lunes a viernes a las 5pm/4C por @univision. #Trending #ChicoPantera #PrimerImpacto
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Expertos señalan que, aunque la American Psychological Association no reconoce específicamente el término «transespecie», las luchas identitarias comparten desafíos similares a otras minorías: falta de aceptación social y riesgo de discriminación. Parra, quien tiene una pareja que se identifica como hada, representa una nueva expresión de diversidad que desafía los límites tradicionales de la identidad en la sociedad colombiana.
Este caso abre el debate sobre los límites de la autodeterminación identitaria y cómo las sociedades contemporáneas están aprendiendo a convivir con expresiones cada vez más diversas de lo que significa «ser uno mismo». Mientras algunos celebran su valentía, otros cuestionan los alcances de estas identidades alternativas, demostrando que el camino hacia la aceptación total aún tiene mucho por recorrer.